Donderdag 20 Maart 2014

Tempestades metalicas.

Ernst Jünger

 Ernst Jünger  fue un escritor, filósofo, novelista e historiador alemán. Era hijo del doctor Ernst George Jünger, profesor de química, y Lily Karoline.

 

Biografía

Se une a los Wandervögel en 1911, un movimiento juvenil que sostenía principios radicalmente opuestos a la sociedad moderna, extremaba el espíritu de la naturaleza y la búsqueda de los bosques así como el respeto absoluto por la vida animal, así como un exaltado sentimiento de amor hacia la patria y la glorificación de la nación alemana.
En 1913, a los 18 años, se alistó en la Legión Extranjera francesa, viajando a África a comienzos de siglo. Esa experiencia le marcó para siempre, despertando en él una gran pasión por la guerra. Así, cuando estalló la I Guerra mundial, Jünger fue uno de los primeros en alistarse, obteniendo en 1918, pocas semanas antes del fin de la guerra, la condecoración Pour le Mérite, también conocida como «Blauer Max» al mérito militar.
Fruto de esta experiencia, fue la publicación —con tan sólo 25 años— de sus recuerdos de la guerra en el libro Tempestades de acero, una alabanza a la guerra en cuanto experiencia interior, que catapultó al joven escritor a la fama.


Desmitificando a Ernst Jünger



Me parece que el imaginario personal y social se alimenta de abundantes mitos sobre los cuales, pasado el tiempo, vale la pena volver con una mirada crítica. El caso Jünger es un caso interesante porque presenta una mitología moderna muy curiosa. Si entendemos el mito como un modelo ejemplar entonces Ernest Jünger lo fue para muchas generaciones y desde un espectro político-ideológico extraordinariamente amplio. No sólo para los extremos ( que para algunos se tocan) sino también para el centro. El neofascismo se entusiasmó con Jünger ( como podemos comprobar en muchas de sus publicaciones, como "Punto y coma") peo también lo hizo un sector de intelectuales heterodoxos procedentes de la izquierda radical ( como podemos también comprobar en antiguos números de revistas ya desaparecidas como "Archipiélago" o "Ajoblanco"). Lo sorprende es que también estadistas de la socialdemocracia como Mitterand o Felipe Gónzalez visitaron a Jünger en su mansión de la Selva Negra con la única intención de conocerle y conversar con él.

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