«Hay pruebas de peso contra Carrillo»
El historiador Paul Preston se suma a quienes creen probado que el entonces consejero de Orden Público estuvo al corriente de la ejecución de más de 2.000 prisioneros
Día 18/09/2012 - 19.17h
«¡Váyase al infierno!»,
le espetó Santiago Carrillo a Luis del Olmo cuando éste se refirió a su
papel en Paracuellos. Consejero de Orden Público, el 6 de noviembre de
1936, y secretario general del PCE, la sombra de aquellos asesinatos
sigue planeando sobre Carrillo. Aunque la autorización, organización y
aplicación implicaba a más gente, «tampoco hay que pensar que él
estuviera eximido de responsabilidades... Hay pruebas de peso que,
aparte de ser confirmadas parcialmente por algunas de sus propias
declaraciones, dejan claro que estuvo totalmente involucrado». La
afirmación es de un historiador tan poco sospechoso de veleidades derechistas como Paul Preston
en «Las matanzas de Paracuellos», reconstrucción minuciosa de aquel
macabro episodio que acaba de ver la luz en «Ebre 38» (Llibres de
Matrícula), una revista sobre la guerra civil de tendencia republicana,
codirigida por Pelai Pagès y M. Carmen Rojo Ariza, profesores del
departamento de Didáctica y Patrimonio de la Universidad de Barcelona.
«En Sevilla, durante la Guerra Civil, se vieron las caras tres Españas»
Día 14/04/2011 - 14.04h
El hispanista británico, autor de «El holocausto español», sostiene que en Sevilla se juntaron la derecha más dura con los anarquistas más extremos, lo que dio lugar a la represión más feroz de España
Paul Preston (Liverpool, 1946) es doctor en Historia por la
Universidad de Oxford y catedrático de Historia Contemporánea española.
Considerado, junto con Hugh Thomas, el mayor experto mundial en Franco y
la Guerra Civil, asegura haberse leído más de mil libros para preparar
«El holocausto español», su útima obra.
—¿Cómo fue la represión en Sevilla?
—La represión en Sevilla fue especialmente dura. Había
experiencias previas como los asesinatos en el Parque de María Luisa en
el verano de 1931 o el golpe del 32. Dejando de lado a Queipo, había una
derecha muy dura en Sevilla.
—¿Por qué?
—Hay muchas razones, pero una es que aquí se da un
anarquismo muy feroz. Los obreros del Puerto eran bastante terribles. Y
los muertos en las primeras semanas del Alzamiento son mayormente a
manos de los anarquistas. Hay que decir que los anarquistas odiaban la
República casi tanto como los nacionales. La terrible represión
franquista, de la que se ocupa el comandante Castejón, organiza la
matanza de Triana, y luego hubo columnas mixtas de guardias civiles y
supuestos falangistas conquistando los pueblos con tremendas matanzas en
Carmona y Alcalá de Guadaira.
Terror rojo en el Madrid republicano
El hispanista Julius Ruiz desentraña la red «nada descontrolada de asesinatos de la República para perpetuarse»
Día 22/01/2012
Madrid,
capital del dolor, 1936... Niños que se desmayan en las colas del pan,
un índice de mortalidad infantil doce veces sobre la media europea,
muertes de la población civil a los dos o tres meses después de perder
cinco kilos al día, ejecuciones extrajudiciales, agencias estatales que
actúan como cómplices de las matanzas, gánsteres, Brigadas «Amanecer» y
«Al Capone», escuadras de la muerte, paseos, mucho café, delaciones a
traición... Afiliarse a un sindicato católico o defender un partido
político de derechas constituía una invitación a ser acusado de
«fascista». Lo revela el hispanista Julius Ruiz, profesor de Historia de
Europa en la Universidad de Edimburgo, en «El terror rojo» (Espasa, 459
páginas), con material inédito, tras diez años de investigación por
archivos del Reino Unido y España sobre el periodo republicano, la
Guerra Civil y la etapa franquista. Sostiene que «el terror rojo
republicano fue un esfuerzo de guerra organizado y pensado para asegurar
la victoria republicana, la revolución y crear una nueva sociedad
antifascista. Los asesinos mataron para servir la causa de la
República».
El peso de Paracuellos de Jarama
Pese a que Carrillo negó siempre su responsabilidad en la matanza de los miles de presos, las evidencias históricas señalan desde los años sesenta al dirigente comunista
Día 19/09/2012 - 08.32h
Una plaza para el cura que presenció 1.700 fusilamientos
Zaragoza dedica una plaza al capellán de la cárcel de Torrero entre 1936 y 1942
Gumersindo de Estella, nombre religioso de Martín Zubeldia (1880-1974), acompañaba a las víctimas en camioneta desde la cárcel hasta la tapia del cementerio y les daba la extremaunción entre el fusilamiento y el tiro de gracia. No solo presenció las ejecuciones, también el robo de niños, como describió en su diario: “¡Por compasión, no me la roben! Que la maten conmigo’, gritaba una. ‘¡No quiero dejar a mi hija con estos verdugos!’, exclamaba la otra. Se entabló una lucha feroz entre los guardias que intentaban arrancar a viva fuerza las criaturas del pecho y brazos de sus madres y las pobres madres que defendían sus tesoros a brazo partido”.
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