Woensdag 06 November 2013

La gerra del congo


Sin embargo, el Gobierno congoleño se ha mostrado prudente hasta que pueda certificarse el desarme del M23. Además, en el país hay una veintena de grupúsculos rebeldes en activo, si bien el liderado por Bisimwa es el más importante, como demostró en noviembre de 2012 con la toma de la ciudad de Goma, en Kivu Norte.
Más optimista se mostró el enviado especial de Estados Unidos para la RCD y la región de los Grandes Lagos, Russ Feingold. Desde Pretoria, donde el lunes asistió a la cumbre regional sobre este conflicto, reconoció que se trata de un "anuncio crucial e interesante que va en la dirección correcta" para terminar con uno de los conflictos "más complejos del mundo". Un conflicto casi ininterrumpido desde 1996, con consecuencias dramáticas: más de cuatro millones de víctimas mortales y centenares de miles de desplazados, la mayoría a Uganda.
La entrada en acción de la primera unidad ofensiva de la historia de las misiones de paz de Naciones Unidas -en apoyo de las Fuerzas Armadas de Congo-- ha tenido efecto. El Ejército de Congo ha recuperado en un golpe de efecto posiciones que había perdido hace un año a manos de los rebelde del Movimiento M23, el grupo más poderoso de la zona y el que acostumbraba a marcar el paso.
Los combates se reanudaron el viernes. Los morteros y las explosiones se confundieron entre los refugiados en la ruta que arranca de la capital provincial, Goma, y se adentra hacia el parque y las montañas, haciendo curvas cerca de la frontera con Ruanda y con Uganda. Las tropas regulares han recobrado la llanura de Kibumba –a 25 kilómetros de Goma-, el feudo de Kiwanja –a 75 km- y también la importante ciudad de Rutshuru, además de la base militar de Rumangabo.

De 40 años, Ntaganda se presentó ante los jueces como “un militar nacido en Ruanda de nacionalidad congoleña”, sin especificar para quién peleaba antes de rendirse. Luego dijo que conocía los cargos y se declaraba inocente. La fiscalía de la CPI pidió su arresto en 2006 por alistar menores de 15 años para las Fuerzas Patrióticas para la Liberación de Congo, brazo militar de la Unión de Patriotas Congoleña. En 2012 se añadió el asesinato, violación y esclavismo sexual, persecución y pillaje de la población civil a la imputación original. Los jueces deben confirmar a partir de ahora los cargos y fijar, su cabe, una fecha para el proceso.


Tras años en la guerrilla, el acuerdo de paz firmado en Congo en 2009 permitió al acusado integrarse en el Ejército congoleño con el rango de general. La fiscalía solo debe demostrar los crímenes cometidos entre 2002 y 2003 (la CPI abrió en hace una década y su trabajo no tiene efectos retroactivos). Sin embargo, HRW no quiere que se olviden los asesinatos y desapariciones de civiles en Kivu, entre 2009 y 2012. Según Naciones Unidas, Ntaganda llegó a controlar las minas de Kivu y se lucró con el tráfico ilegal de carbón. El año pasado, el acusado desertó del Ejército congoleño y formó el M23, otro grupo rebelde supuestamente apoyado por militares de Ruanda.





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