Donderdag 22 Mei 2014

owen jones

Antes de Owen Jones, chav era una palabra para anglófilos. La leías en los medios del Reino Unido asociada a los chicos de chándal que comían pollo frito en la puerta de su vivienda de protección oficial o lo escuchabas de boca del personaje de Vicky Pollard si eras fan de Little Britain. De repente llegó un jovenzuelo rubio con pinta de estudiante y la convirtió en el síntoma de todo un país.
Su libro Chavs, la demonización de la clase obrera (Capitán Swing) ha resultado ser un espejo enfermo y quirúrgico sobre la representación de la clase trabajadora británica en la actualidad. Owen Jones visita España para dar dos conferencias; el lunes estuvo en el CCCB y el martes en el Círculo de Bellas Artes, donde ha diseccionado su trabajo.
¿La demonización de la clase obrera es un fenómeno exclusivamente británico?
La demonización es inevitable en todas partes por las desigualdades. Si lo piensas, la desigualdad es irracional: el poder y la riqueza no deberían estar en manos de tan poca gente. La desigualdad se racionaliza y justifica con la idea de que los miembros de las élites merecen estar donde están porque son más listos y trabajan más, mientras que los que están por debajo merecen estar ahí porque son estúpidos y vagos. Cuanto más desigual es la sociedad, más necesitas demonizarla para justificarlo. El caso del Reino Unido es clave porque es mucho más acuciante especialmente a partir del thatcherismo, donde se produce este cambio en el que la pobreza y la desigualdad ya no se presentan como problemas sociales sino como fracasos individuales.
Hay una frase muy famosa de un político thatcherista: "En los años treinta, cuando mi padre se quedó sin trabajo se subió a su bicicleta y salió a buscarlo". Así, "súbete a la bici" se convirtió en un cliché nacional. Las enormes desigualdades y la fluctuación de la necesidad de la respuesta colectiva al individualismo gubernamental ocurren en otros países, pero es especialmente reseñable en el Reino Unido donde los medios de comunicación sostienen y apoyan este discurso.
Eso se comprueba fácilmente en Chavs, dónde la connivencia entre medios de comunicación y el discurso ultraconservador es evidente.
Sí, los medios lo magnifican todo utilizando ejemplos extremos. El año pasado, el caso de Mick Philpott fue muy famoso: seis de sus 17 hijos murieron en un incendio provocado por él. En el Reino Unido solo hay 190 familias con más de diez hijos en situación de desempleo, pero aparecen constantemente en los medios como un estereotipo de la clase obrera que se aprovecha de los subsidios. Después del juicio, el Daily Mail, el segundo diario más leído, tituló "Otro producto execrable del Estado del bienestar en el Reino Unido". Se culpa al Estado del bienestar por estos casos extremos constantemente.

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